21 de febrero de 2008

El Peso de Cibeles


Prometo que es mi última nota, al menos de esta temporada, sobre Cibeles. Pero un tema, no poco importante, me quedó en el tintero, no por descuido, sino quizás porque estaba buscando el momento y las palabras justas.

Recuerdo cuando todos los medios, semanas antes de que comenzaran los desfiles, gritaban a bombos y platillos que tres modelos inglesas habían sido descalificadas para desfilar porque no daban con los parámetros y medidas establecidos por Pasarela Cibeles. Y recuerdo también que pensé "¡Vaya, esto sí que es un adelanto!" Hasta lo viví con cierta dosis de alegría, pues era señal de que algo estaba cambiando, de que de a poco, aunque lento, íbamos hacia una belleza más sana y saludable. Y ese fue el mensaje con el que me quedé.

Pero qué ilusa puede ser una. Porque nadie más habló del tema. Nadie más comentó sobre la realidad, y el tema quedó como en el olvido. Las modelos que veíamos por la TV parecían estar bien, pero la realidad es que lo que se ve por televisión engaña, pues no hay un gramo de mentira en el dicho de que la TV engorda.

Y allá estaba yo, en un día de desfile, en mi segunda fila viendo con gran asombro (no quiero pensar lo que debe haber sido la expresión de mi cara) cómo las modelos que desfilaban eran de todas maneras, a pesar de todas las mediciones y comentarios, increíblemente flacas. Pero de verdad, algunas eran excesivamente flacas.

La discusión pasó desapercibida, porque todo el mundo estaba más preocupado en entender los resultados de la investigación realizada sobre la morfología de los cuerpos de las españolas, en saber si cada mujer que se cruzaba por su camino era diábolo, campana o cilindro, que en mirar la realidad con ojos sinceros.

Pues para mi mientras miraba el desfile en Pasarela Cibeles una pregunta flotaba en el aire, pero aparentemente nadie más que yo la pensó:

¡¿Cómo serían las tres modelos descalificadas, si las presentes eran asombrosamente flacas?!

El Peso de Cibeles sobre el tema me decepcionó, como me decepcionó también el peso de sus modelos.

Todo se volvió a repetir con la noticia que fue un boom a la semana siguiente cuando comenzaron los desfiles de Milán. Pues de lo que más se hablaba era de la diseñadora Elena Miró, cuyas prendas son para mujeres de tallas grandes. Y todo el mundo quedó maravillado con su propuesta. Pero nadie habló de que sus prendas en vez de ser desfiladas por las mujeres que luego van a vestirlas, fueron desfiladas por mujeres flacas.

Estamos mucho más lejos de lo que nos dicen. Y está en nosotros ver el verdadero PESO de cada noticia o acción que se haga.

19 de febrero de 2008

Kastizah, una revista que mola



A mi me gusta escribir. Disfruto escribiendo. Pero todavía disfruto más cuando alguien con su escritura, logra transmitirme no solo su manera de ver el mundo sino además me hace reír, me deja una sensación de buen rollo, es decir, me hace sentir, y sentir bien.

La verdad es la verdad. Y es que yo leo casi todo lo que cae en mis manos. Soy muy curiosa. Y prácticamente todo me interesa. Las revistas son mi perdición.

Pero vamos, que sentir siento con cada cosa que leo. Pues, si no me gusta siento aburrimiento, si no me interesa pero estoy obligada a leerlo, tedio, como cuando tenés que estudiar esa maldita materia que tanto te cuesta. Si se trata de temas como la moda, me hacen sentir en mi salsa, y despiertan al máximo mi curiosidad. Otras lecturas me hacen sentir ternura y pueden hasta sacarme un lagrimón, otras una sonrisa. Y así puedo seguir eternamente. Supongo que a todos nos debe de pasar algo medio igual.

El tema es que pocas veces me pasa de disfrutar de una revista desde la primera página, generalmente me engancho con alguna nota. Y no desde su mismísima editorial. Logrando mantener mi atención y el buen rollo a lo largo de cada nota, aunque sus temas no estén escritos siempre directamente para mi. Mi sorpresa fue encontrarme con que cada página logra despertar en mi una sonrisa diferente, un recuerdo, alguna amiga, o sentirme identificada con algún personaje como el de la "chica-hormiga". Y son notas que no tratan sobre nada del otro mundo, lo que me llega es su tono informal, las ganas de cada redactora de dejar en cada frase algo personal.

Como me parece que debe ser difícil mantener un tono y una entrega así en cada publicación, no me dejé ilusionar con la primera vez que la leí. Pero al siguiente mes me volví a encontrar con un disfrute muy especial. Y eso fue lo que me decidió a dedicarle este post.

A todas las que forman parte de la revista Kastizah, la única revista de moda 100% Madrid, les doy mis felicitaciones. Y sepan que aunque estén recién empezando, desde este lado, tienen alguien que las sigue. Que le gusta cómo escriben. Y siente, aunque tal vez después no los use, que los datos que publican siempre pueden ser muy útiles. Ya quisiera yo tener lectoras que sintieran algo así.

17 de febrero de 2008

Con un sabor amargo


Cada vez que se asoma el período de las semanas de la moda del mundo, el aire se llena de expectativa. Todos queremos colaborar, participar, ser parte, y disfrutar de los pocos minutos que duran, porque ¿qué son 10 días, si nos quedamos en una sola ciudad, de moda intensiva en 365?

Yo por lo menos pretendo que cuando voy a alguno de estos eventos, aunque sea a un desfile o a varios, es respirar y vivir la moda al 100%. Y no fue lo que me pasó en esta Pasarela Cibeles. Recuerdo que cuando fui a BAF, y no es por defender mis raíces sudamericanas, recuerdo la emoción que sentí al traspasar las puertas del recinto ferial, el momento exacto en que cortaron mi entrada, y mi pie derecho pisó un terreno que a gritos gritaba MODA. Y a gritos adentro mio crecía la pasión que siento por este mundo, pues se explotaba cada metro al máximo. Mientras esperaba la hora del desfile al que quería entrar, creo que era el de Ramírez, me pude pasear por diferentes marcas que estaban exponiendo, por los stands de las revistas y otros sponsors, y cuando ya llegó el momento de hacer la fila pude disfrutar, y matar el tiempo, viendo a través de una pantalla gigante los desfiles anteriores que ya me había perdido, o había decidido no asistir.

Pero esto no fue lo que me pasó cuando llegué este año a Cibeles. Mis expectativas por estar en Madrid, lo tengo que confesar, eran mucho más altas que las de Buenos Aires. Sin embargo, cuando llegué a Ifema me encontré con que tenía que hacer una cola de 45 minutos de espera para recién entrar al recinto de Pasarela Cibeles, sin ningún atractivo alrededor, aunque no era poco, más que el de observar, estudiar y analizar a las otras mujeres que hacían la cola conmigo. No había ninguna otra diversión. Bueno, sí, una más, cuál sino que la de escuchar las conversaciones de quienes estaban adelante o atrás mio.

Pero eso no es suficiente. Al menos no lo es para mi. Así que me quedé con las ganas. Pues cuando finalmente pudimos entrar, ahí sí estaban las revistas con sus stands, pero ya era la hora del desfile. Y el entusiasmo por entrar al desfile le ganó por goleadas a las ganas de recorrer. Pues ahora sí llegaba el momento de entrar y vivir intensamente el entorno, y de hacer lo que habíamos ido a hacer.

14 de febrero de 2008

Fashion Empire | Milan, London, Paris


El diario The Times junto a la Universidad Bocconi de Milán, han desarrollado "Fashion Empire", un juego sobre moda para instalar en tu móvil. A través del cual much@s fashionist@s podrán hacer el sueño de tener su propio local de moda una realidad.

"Fashion Empire" no sólo pone a prueba, sino que busca promover, a través de la simulación, el desarrollo de la capacidad gerencial de los fashionist@s que se prendan a este juego. Pues consiste en crear y dirigir una tienda de moda, con el premio de que, si lo haces bien, se termine convirtiendo en un imperio. Y tu te conviertas en su rey.

Entre los desafíos del juego se encuentran crear la marca, su logo, elegir la ubicación del local, que puede ser en Londres, Paris o Milán, y luego atraer a los clientes, para al final ver los resultados financieros de cada día. Incluso hasta se puede competir con otros jugadores.

Según lo presentan, es un juego fácil de jugar. Pero el éxito sólo va a depender de la capacidad estratégica y creativa de cada participante. Lo mejor, como es sólo un juego tenés TODO para ARRIESGAR.

Vía | The Times

12 de febrero de 2008

Moda Que Mola en Pasarela Cibeles


Hoy tuve la oportunidad de ir a Pasarela Cibeles, el evento más esperado por las fashionistas y amantes de la moda, que ocurre dos veces al año en Madrid. Y tuve la chance de ir nada más ni nada menos que al desfile de Miguel Palacio.

Al estar en Madrid descubrí que ir a estos desfiles no es nada fácil, pues si no tenés invitación o forma de conseguir una, te tenés que sacar las ideas y, sobretodo las ganas y la ilusión que es lo más difícil, con peine fino. Son eventos cerrados. A los que concurren prestigiosos diseñadores, clientes importantes de las marcas, y prensa especializada.

Y Moda que Mola estaba ubicada en la segunda fila, casi sobre la pasarela. Rodeada de diseñadores, ex modelos, celebrities y por supuesto muchas clientas, para gran deleite de los periodistas y fotógrafos que hacían notas y notas sin parar antes de comenzar el desfile.

No era la primera vez que iba a uno de estos desfiles. Ya me había estrenado en este mundo del diseño, celebrities y modelos, en un Fashion Week de Buenos Aires, más conocido como BAF. En los que tuve la oportunidad de ver las creaciones de Ramírez y Martín Churba, las cuales destaco por sus grandes dosis de creatividad y originalidad.

La experiencia de ir a un desfile de estas características, en lo que todo es lujo y glamour, es extraordinaria! Y sinceramente se la deseo a todo el que le guste la moda. Pues es un momento y espacio únicos en el que un gran número de personas comparten un sentimiento en común como es la PASIÓN por la moda. En estos momentos el ambiente se condensa y cada uno de los presentes no sólo respira ese aire glamoroso sino que también lo transmite. Es un dar y recibir, al 100%.

Sobre el desfile, puedo decir que me gustó, me pareció bien. Los diseños eran clásicos, correctos y poco atrevidos. Pero es una pena que el sentimiento que quedó latente en mi al finalizar, fue el de no haber visto nada nuevo. Espectaculares las bufandas oversize, pero ya no causan sorpresa, y cuando algún modelo me resultó un poco más atractivo o hasta original, me hizo pensar en Custo Barcelona. Algunas modelos llevaban una gran pluma en la cabeza. Y vestidas de Miguel Palacio seguiremos acompañadas durante el próximo invierno por algunos colores cítricos, y figuras geométricas.

Sólo de pensar el esfuerzo y tiempo que significa el organizar estos disfiles, siento que no fue suficiente. ¡Que no supieron explotar y sacarle jugo a esos escasos y tan esperados 20 minutos de "fama"! ¿Qué más puedo decir?

¡Ah sí! La música me resultó extraordinaria y bien elegida. La decoración, limpia y neutra en tonos de blanco y negro, hacía juego con la imagen clásica de la marca. La gente, de lo mejor, se presentó con mucha buena onda. Y yo tuve la oportunidad de ser testigo del desfile de un diseñador de primera categoría. Hoy fue un gran día.

4 de febrero de 2008

It’s all about curves


A veces cambiar el posicionamiento de una marca puede no ser tan difícil como parece. Al plantearnos la cuestión, tal vez parezca que se viene el fin del mundo. Pues se trata de una marca, una marca que nos ha llevado mucho tiempo y trabajo construir, y que tiene un valor incalculable. Pero ¿qué pasa si esa imagen que estamos proyectando de nuestra marca, ese posicionamiento que logramos en la cabeza de l@s consumidores de alguna manera nos está perjudicando? En tal caso, creo que es válido destacar la tienda de ropa MANGO, que tras verse acusada de vender ropa solo para flacas y de esta manera fomentar las diferentes enfermedades que surgen de los desórdenes alimenticios, logró al día de hoy revertir esa imagen sin haberle tenido miedo al cambio y afrontando el tema sin dramatismos.

En el año 2002 la revista Capital publicó una nota en la que hablaba justamente de este tema y definía el negocio de Mango como el de un “negocio asequible para las flacas”. Ya que a pesar de que “desde que en 1984 se abrió la primera tienda en el Paseo de la Gracia de Barcelona, el eje de la compañía ha sido siempre el mismo: vestir a una mujer joven y urbana con prendas modernas pero sin producir grandes estragos en su bolsillo”, su éxito se debió en gran parte a sus publicidades en las que aparecían “caras y cuerpos delgados de las más cotizadas top models” como Claudia Schiffer, Naomi Campbell, y Natalia Semanota, entre otras. “Mujeres con extremidades de cigüeña, poco pecho y brazos largos que no son precisamente las figuras de Rubens”.

Esta nota publicada por la revista Capital fue una de muchas que surgieron sobre la política de esta marca tan conocida, que se defendía diciendo que esa era la “estética mundial” y que “la obesidad no es bonita”.

Sin embargo, las críticas hicieron mella, y hoy podemos ser testigos de cómo de a poco la compañía fue cambiando el posicionamiento de su marca. Un primer avistamiento de este cambio fue la incorporación de Penélope Cruz como imagen de la marca, una mujer que si bien es flaca, se caracteriza por tener un cuerpo marcado por las curvas y la voluptuosidad. Y que representa la imagen de una mujer sana y bella.

Ya a partir de los últimos meses del año pasado un nuevo giro fue introducido por la marca al contratar a la modelo americana Crystal Renn de 19 años y que pesa 75 kilos, para protagonizar la campaña “WHY NOT?”. El objetivo de la campaña era comunicar el aumento de tamaño en los talles de la compañía.

Hoy a febrero de 2008 volvemos a ver de nuevo esta campaña en el nuevo catálogo de la firma ahora con el nombre de “It’s all about curves”.

Resulta sorprendente que una marca en pocos años pase de promover la imagen de una mujer casi andrógina a la de una mujer sana que se acepta tal y como es. Ojalá que el cambio sea verdaderamente cierto.

2 de febrero de 2008

H&M, Zara, Cortefiel y Sfera suspenden


Ayer fui con mi marido a Gran Vía, una de las calles más importantes de Madrid, y donde en pocos metros se pueden encontrar muchas de las mejores tiendas de ropa de la ciudad. Íbamos en busca de ropa para él. Al primer lugar que fuimos fue a Zara, ya que es donde solía comprarse pantalones y sweaters (jerseys) cuando vivíamos en Uruguay. En el local de Gran Vía, vio un sweater que le gustó y buscó su talle internacional, el XL. Cuando lo desplegó, no pudo evitar reírse, pues a pesar de ser XL, era llamativamente pequeño, especialmente en el ancho de espalda. Pensó que estaría mal marcado, pero tomó otro y ocurrió lo mismo. Pensó que podía ser una ilusión óptica, y decidió probárselo. Apenas podía meter la cabeza. No hubo forma. Y de pantalones ni hablar, pues ni siquiera había talle.

Después fuimos a Sfera, Corte Fiel y H&M. Pero tampoco pudimos encontrar pantalones del talle 52 (europeo). En varios locales nos decían que el talle máximo era 48. En otras, había talle 52, pero era lo suficientemente chico como para que ni siquiera le entrara, o nos decían que existía el talle 52, pero que en ese momento no lo tenían. Lo llamativo es que no era la primera vez que nos pasaba, pues a algunos locales ya habíamos ido varias veces en los últimos tres meses, e increíblemente durante todo ese tiempo nunca hubo ese talle.

De más está decir que volvimos con las manos vacías en cuanto a pantalones se refiere. Sweater al final, por suerte, encontramos.

Pero la verdad es que en el camino de vuelta, no dejaba de preguntarme, cómo es posible que en España, la octava potencia económica del mundo, una persona grande (mide un metro ochenta y cinco, tampoco es un gigante) no se pueda comprar un pantalón o tenga problemas para encontrar variedad de sweaters de su talle. E iba más allá, pensando en personas que son más grandes y pensaba ¿cómo es posible que un país como España, con el desarrollo que ha tenido la protección de los derechos de las minorías, se discrimine tan abierta y groseramente?

Porque los talles son tan ridículamente pequeños, que mi marido que nunca se sintió discriminado (porque en todos los países en los que ha vivido y ha estado, siempre consiguió talles) se sintió discriminado. ¿Qué puede sentir entonces alguien que tenga algunos kilos de más? Y no digo muchos kilos, porque con el tamaño de los talles aquí, con unos pocos de más, ya te alcanza para que te sientas muy mal.

Y no hay que ser una genia para saber que por más esfuerzos que se hagan en el combate de ciertas enfermedades relacionadas con desórdenes alimenticios todo lo que se haya hecho resulte inútil, si luego cuando te vas a comprar ropa, los talles solo le sirven a l@s flac@s.

Tener talles para un rango amplio de cuerpos, es, también, ser socialmente responsables. En este caso, H&M, Zara, Cortefiel, y Sfera suspenden.